domingo, 27 de enero de 2008

HAILE GEBRSELASSIE DUDA DE SU PARTICIPACIÓN EN PEKÍN POR CULPA DE LA CONTAMINACIÓN


Tras un período de cierta tranquilidad, Haile Gebrselassie ha destapado la caja de los truenos. Días después de ganar la Maratón de Dubai con la segunda marca de la historia –2:04.53–, a 28 segundos de su récord mundial, el etíope anunció que podría renunciar a la maratón olímpica. Pekín no logra acabar con la lacra de la contaminación y ahora ‘Gebre’ ha devuelto la polémica al primer plano.“Estoy preocupado y si las cosas no cambian, tendré que plantearme otra posibilidad”, indicó el abisinio. Gebrselassie podría optar por correr los 10.000 metros, distancia en la que posee dos oros olímpicos –Atlanta’96 y Sydney’00– o renunciar a Pekín. De hecho, el 16 de marzo estará en la ‘Media’ de Lisboa y... Berlín podría ser su tercer destino del año, donde volvería a asaltar su plusmarca universal.El manager del etíope, Jos Hermens, afirmó que “entre sus problemas pulmonares –tiene una importante alergia al polen– y la contaminación... ¿vale la pena? Se arriesgaría a sufrir una insolación o a contratiempos respiratorios que podrían lastrar el resto de su carrera deportiva”.Y es que las cifras asustan. China, que acaba de anunciar la reducción de su tráfico rodado a la mitad durante los Juegos, es el primer emisor de CO2 del planeta, por encima de Estados Unidos. El gobierno chino ha invertido 9.000 millones de euros en la última década para atajar un problema que incluso podría amenazar el evento. Pese al ingente esfuerzo gubernamental, lo cierto es que la perenne capa de polución que cubre el cielo pequinés reduce a tan sólo 200 metros la visibilidad en el centro de la capital.Así, mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) avisa de los riesgos que podrían entrañar los Juegos para la salud de los deportistas, el portavoz del Comité Organizador, Niu Wei, insiste en que China cumplirá sus compromisos. “Durante los Juegos, los niveles de dióxido de sulfuro, dióxido de nitrógeno, partículas inhalables y ozono cumplirán los valores de la OMS o alcanzarán el mismo nivel que en las metrópolis desarrolladas”, dijo Wei. Pero... ¿son creíbles sus promesas? El tiempo juega en su contra.