martes, 7 de diciembre de 2010

EL MARATON NO ENTIENDE DE EDADES



PEDRO LUIS ALONSO plalonso@diariosur.es | MÁLAGA.

Cuando Miguel García Velasco (Málaga, 1936) tenía la edad de muchos de los jóvenes que el lunes se bautizarán en la dureza de un maratón, en España apenas se disputaban pruebas atléticas. «Hacer deporte era considerado una rareza», cuenta. El caso es que varias décadas después, nuestro incombustible protagonista sigue ahí al pie del cañón. El atletismo es su vida. Es como una droga que no admite síndrome de abstinencia. A punto de cumplir los 75 (el próximo 3 de marzo) va a estar en la línea de salida de la primera edición del Maratón de Málaga. Su propósito es acabarlo. Es el participante más veterano.
En la vida de Miguel García caben muchas. La vocación frustrada de este malagueño es haber sido torero. Lidió en novilladas, pero no pudo progresar, así que su trayectoria profesional fue como topógrafo de la Junta de Andalucía. Sin embargo, después de su jubilación se mantiene como una persona muy activa, entre su pasión por correr y una nueva afición descubierta en la madurez, la música.
«Me levanto todos los días a las siete y media. Desayuno y saco a mi perra a pasear. Suelo andar una hora. Después acudo a Carranque o corro por el paseo marítimo», explica Miguel. Por las tardes llega el turno del solfeo y el piano. Lleva estudiados cinco cursos, y también le gusta el baile. En realidad, a Miguel García apenas le queda tiempo para aburrirse.
Con 74 años, este veterano fondista del Cueva de Nerja-UMA se conserva como un pincel. Se mantiene casi inamovible en sus 63 kilos y su envidiable agilidad ya la querrían muchas personas de su generación. Aunque su entorno médico le hace pruebas periódicas de corazón, no hay ningún galeno que le haya prohibido terminantemente la actividad física. «Cuando estoy dos días sin correr me pongo nervioso y mi mujer me lo nota. Por eso es rara la semana que descanso dos días», confiesa. Tampoco es que su esposa, Margarita Ledesma, sea sedentaria, porque acude a nadar con frecuencia.
Miguel empezó tarde a correr en pruebas atléticas, aunque en sus tiempos no se organizaban muchas. La primera competición que recuerda es la carrera de la Peña El Bastón, que ganó en 1974, ya cerca de cumplir los cuarenta. También se impuso en su categoría en la primera edición de la Carrera Urbana Ciudad de Málaga (conocida por el patrocinio de El Corte Inglés), el 21 de octubre de 1979.
Brillante veterano
Entre lo más granado de su palmarés está el subcampeonato de España de maratón de veteranos en Valencia y un segundo puesto en los Campeonatos de España de gran fondo (en Aranda de Duero), con una excelente marca de una hora y siete minutos en 20 kilómetros. También se impuso en su categoría en 5.000 en el Campeonato de Andalucía en pista. Miguel García, orgulloso también de ser tío del conocido actor Pablo Puyol, recuerda haber corrido media docena de maratones, en Fuengirola, Granada, Madrid, Valencia y Sevilla, aunque lleva años sin correrla. Ha sido fijo en todas las ediciones de la Media Maratón de Málaga y de la Carrera Urbana, las dos pruebas atléticas con mayor participación en la ciudad.
Después de tantos años de experiencia, Miguel García no corre con pulsómetro, tendencia casi generalizada en los fondistas actuales. «Hay que correr más con la cabeza que con los pies. En esto no hay trucos, pero es verdad que veo a muchos jóvenes que van más rápido de lo que pueden, y por eso se retiran o empiezan a devolver», argumenta.
En todo caso, Juan Sarria le ha dirigido la preparación en los últimos meses para el maratón del lunes. «Hay que llevar como mínimo 30 kilómetros hechos, el 75 por ciento de la prueba entrenada», explica. No le preocupa que se prevea lluvia para el lunes. «Lo peor es lluvia con aire, pero un corredor de fondo no puede estar limitado por el clima. Hay que enfrentarse a él», sentencia.

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