miércoles, 15 de diciembre de 2010

UNA BOLSA DE SANGRE LLEVO HASTA MARTA



CARLOS ARRIBAS

Uno de los elementos que empujó a la magistrada Mercedes Pérez Barrios a autorizar a la Guardia Civil escuchas y otros medios de investigación a Marta Domínguez fue la convicción de que una de las decenas de bolsas de sangre de la Operación Puerto no atribuidas aún correspondía a la atleta palentina.
Uno de los elementos que empujó a la magistrada Mercedes Pérez Barrios a autorizar a la Guardia Civil escuchas y otros medios de investigación a Marta Domínguez fue la convicción de que una de las decenas de bolsas de sangre de la Operación Puerto no atribuidas aún correspondía a la atleta palentina.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) que pusieron en marcha la Operación Galgo llegaron a esta conclusión después de analizar detenidamente la documentación incautada a Eufemiano Fuentes durante las redadas de 2006. En uno de los papeles, en el que se identificaba con un nombre en código al deportista del que se programaba el dopaje, figuraba también el número de teléfono móvil de Marta Domínguez. Asociada al documento, pues el mismo nombre en código figuraba allí rotulado, existía una sola bolsa de sangre, la que la investigación atribuye a la atleta.
La juez Pérez Barrios, del Juzgado número 24 de Madrid, que lleva la instrucción de la Operación Galgo, se reincorporará en los próximos días a su puesto después de una baja por enfermedad, por lo que se ha retrasado a una fecha aún no fijada la declaración judicial de Marta Domínguez, que podría realizarse incluso en Madrid y no a través de una videoconferencia desde el Juzgado de Palencia como aconsejaba en un principio su estado de gravidez. A los otros siete imputados en el caso por delito contra la salud mediante dopaje -el propio Eufemiano Fuentes, Manuel Pascua, César Pérez, Alberto León, José Alonso Valero, María José Martínez y Alberto García- les tomó declaración en los juzgados de la plaza de Castilla la juez sustituta.
La atribución de la bolsa de sangre de la Operación Puerto -un caso que estalló en mayo de 2006 y que se centró en el pelotón ciclista- a la atleta palentina, quien en agosto del mismo año se proclamó campeona de Europa de los 5.000 metros, aparte de haber supuesto el empujón inicial para la investigación, también viene a significar que Domínguez podría haber recurrido en el pasado a prácticas dopantes. En el cuestionario-comunicado que difundió el lunes a través de la agencia Efe, Domínguez desmentía tajantemente su condición de "suministradora" de sustancias dopantes a otros deportistas y también que la Guardia Civil hubiera hallado productos prohibidos durante el registro de su domicilio el pasado jueves. Sin embargo, en ningún momento afirmaba que nunca se hubiera dopado.
Que Eufemiano Fuentes era el médico de Marta Domínguez era una noticia que ya había confirmado recientemente Mariano Díez, ex entrenador de la galga palentina, el apodo que le gusta adoptar y caricatura que utiliza como escudo de su club de atletismo. Cuando la campeona del mundo de 3.000 obstáculos le abandonó, antes de los Juegos de Pekín 2008, para entrenarse con César Pérez, Díez clamó dolido a sus amigos: "¡Me ha dejado por el canario! ¡Me ha dejado por el canario!".
Según declaró posteriormente Díez, Domínguez le había confesado hace años que, al menos desde 2003, tenía relaciones con Fuentes. "Y cuando le pregunté, cuando estalló la Operación Puerto, en 2006, si no tenía miedo, si no estaba implicada, ella me respondió: 'Tranquilo, Mariano; no me va a pasar nada", dijo Díez la semana pasada en El Larguero.
Eufemiano Fuentes, que, aparte de la imputación por la Operación Galgo, está a la espera de juicio aún por la Operación Puerto, se reincorporó el lunes a su trabajo en un ambulatorio del Servicio Canario de Salud. Regresó el domingo por la noche a la isla que había abandonado urgentemente el jueves, arrestado en un avión tras ser detenido un par de horas antes después del registro de su piso de soltero en Las Palmas.
Mientras tanto, la Guardia Civil está a la espera de que los diferentes laboratorios a los que ha enviado para analizarlas identifiquen las sustancias halladas en la quincena de registros domiciliarios que llevaron a cabo el jueves pasado.

El CSD insta a Alemayehu a abandonar la Blume
Alemayehu Bezabeh, el único atleta que ha confesado a la federación su implicación en la Operación Galgo, abandonó ayer la residencia Blume, el centro en el que viven becados los deportistas de alto nivel de fuera de Madrid y en el que residía. Lo hizo acompañado de su esposa, encinta de ocho meses, que desembarcó la pasada semana desde Addis Abeba, y a instancias del Consejo Superior de Deportes.
El atleta, de origen etíope y nacionalizado español en julio de 2008, vivirá en un piso de alquiler en Vallecas, más barato que el de la avenida de Valladolid en el que tenía previsto residir aconsejado por Manuel Pascua.
El atleta, que fue sorprendido por la Guardia Civil cuando, en compañía de Pascua y Alberto León, iba a proceder a una autotransfusión con una bolsa de sangre que portaba consigo, espera, sin embargo, no ser sancionado por dopaje. Mantiene Bezabeh, campeón de Europa de cross en 2009, que él nunca se ha dopado, que se extrajo la sangre a mediados de noviembre y a manos del doctor León -así llamaba a la persona, que no es médico, que gestionaba la logística de las transfusiones, según la investigación- pensando que era para una analítica y que nunca llegó a reinfundírsela. En apoyo de su inocencia, recuerda que en el último mes ha pasado cuatro controles, uno de ellos durante su última estancia en Etiopía, y que probarán que está limpio.
Mientras tato, el resto de atletas entrenados por Pascua, suspendido provisionalmente, buscan nuevo técnico. La mayoría de los mediofondistas, el núcleo fuerte del grupo Pascua, se inclinan por Antonio Páez, antiguo ochocentista internacional que ha ejercido a veces de ayudante de Pascua, mientras que las velocistas esperarán, seguramente, a que se reincorpore su entrenadora, María José Martínez, la esposa de Pascua, quien también fue detenida. La federación deberá dar el visto bueno a la elección.

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