domingo, 16 de enero de 2011

EL ATLETISMO NO ESTA PARA FIESTAS



CARLOS GALINDO SPORT.ES

La ‘Operación Galgo’ ha desatado la madre de todas las tormentas en el atletismo español. Ayer mismo, José María Odriozola, presidente de la RFEA, reconoció en un periódico deportivo de tirada nacional que, desde que se fueron conociendo los detalles de la trama destapada por la Guardia Civil contra el dopaje en el atletismo, hay deportistas que ya no se hablan. La cosa es más seria de lo que pinta. Ni siquiera se miran y, en algún caso, han estado a punto de llegar a las manos. La división es total. El atletismo español, pues, no tiene motivos para celebrar nada. Es triste admitirlo porque la mayoría de nuestros deportistas están limpios como los chorros del oro. El problema es que se han visto arrastrados por una situación de la que costará años recuperarse. No es momento para Galas, no... Hay poco o nada que celebrar. Si acaso, el éxito de organización del pasado Europeo de Barcelona y un puñado de medallas ganadas en buena lid. Pero el descrédito es total. La gente ya no se cree las victorias de nuestros deportistas. Recelan, desconfían, las miran de reojo o, simplemente, no se las creen. ¡Ah, el dopaje! Es lo que tiene. Pero sepan que de todo ello hay varios culpables. Tienen nombres y apellidos. En primer lugar, los que han conducido a este callejón del que costará Dios y ayuda salir. Y en segundo, el propio presidente de la RFEA que no se enteró de lo que ocurría en su casa y ahora se parapeta en el ‘resiste y vencerás’, como si la cosa no fuera con él. Odriozola tendría que haber dejado el cargo. Hubiera sido un acto de dignidad por su parte. Pero no lo hará. Es un corredor de fondo. La Asamblea tampoco dirá ni ‘mú’ porque está a su servicio. Para eso ha gobernado este deporte durante 21 años. La maneja a su antojo. No es momento para Galas, pues. No, no lo es...

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