lunes, 16 de mayo de 2011

LIU HA VUELTO



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Es año de Mundial. Por eso la última semana de agosto está marcada en los calendarios de todos los atletas como el gran momento del curso. Pero la temporada atlética fuerte ya ha empezado con la Diamond League, donde cada fin de semana se dejan ver un puñado de estrellas, nunca todas juntas. Este fin de semana tocaba en Shanghái. En China. En la tierra de Liu Xiang, el mayor atleta chino de todos los tiempos, el mismo que tocó el cielo tras convertirse en plusmarquista mundial y campéon olímpico de 110m vallas en 2004, y bajó a los infiernos en los Juegos de Pekín, sus Juegos, al lesionarse a las primeras de cambio.
Su vida desde entonces ha sido un calvario de operaciones, casi un año sin competir y resultados decepcionantes, hasta el punto de que muchos se preguntaban si la época del gran Liu había pasado. Y eso que el año pasado ya logró rondar los 13s en los campeonatos nacionales. Ayer les contestó con la mejor marca del año (13,07s), aún lejos de aquel récord del mundo que él mismo estableció (12,88s) en 2006, luego rebajado por el cubano Dayron Robles (12,87s) y, tal vez más importante, superando al americano David Oliver, el vallista más en forma, que ayer puso fin a una racha de 18 victorias consecutivas.
Pero Oliver salió mal de los tacos, rematadamente mal, y, en su esfuerzo por recuperar el tiempo perdido en la salida, derribó la segunda valla y la cuarta, y solo pudo ser segundo. Liu, 27 años cumplidos, casi 1,90m, el primer medallista mundial del atletismo chino, volvió a sonreír, a sentir el acoso de los fotógrafos, el aliento de la afición, que le quiere como a un verdadero héroe del pueblo. Y a creer que puede optar a algo grande en los Mundiales de Daegu (Corea del Sur), que empiezan el 27 de agosto.
La de Liu no fue la única mejor marca del año de Shanghái. La keniana Birmin Kiprop Kipruto, campeona olímpica, hizo lo propio en los 3.000m obstáculos (8m 2,28s).
Otras lecciones de Shanghái tienen que ver con la velocidad pura. A la espera de que el gran Usain Bolt haga su aparición -dicen algunas revistas especializadas que no está en forma- y de ver si el americano Tyson Gay ha mejorado lo suficiente como para resquebrajar el dominio absoluto del jamaicano desde los Juegos de Pekín, en Shánghai apareció como un rayo Asafa Powell. El tercero en discordia, el de las grandes marcas cuando no están los mejores, el que mejor sale de los tacos, paró el crono ayer en 9,95s, segunda mejor marca del año por detrás de otro jamaicano Steve Mullings. Mullings ha corrido este año en 9,90s. Próxima parada: el 26 de mayo en Roma.

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